En general, a los
seres humanos nos gusta leer o escuchar
opiniones que son iguales o
similares a las nuestras. Esta es la razón por la que solemos leer, escuchar y
ver noticias que comparten nuestra ideología política y por la que nos gusta
estar rodeados por gente que comparte nuestros gustos, valores, creencias y
puntos de vista.
El problema es que esta tendencia del ser humano puede afectar a nuestro pensamiento crítico al caer en el llamado sesgo de confirmación.
El sesgo de confirmación o sesgo confirmatorio es la tendencia a dar un mayor valor a
las creencias, ideas u opiniones que
confirman nuestras propias creencias, ideas u opiniones. En muchos casos el
sesgo de confirmación lleva a ignorar completamente las ideas, creencias y
opiniones contrarias a las propias, haciendo que sólo tengamos un punto de
vista.
Es decir, el sesgo
de confirmación hace que se
favorezca la información que confirma las propias creencias o hipótesis.
La gente muestra esta tendencia cuando reúne o
recuerda información de manera selectiva, o cuando la interpreta sesgadamente. El efecto es más fuerte en
publicaciones con contenido emocional y en creencias firmemente enraizadas
El término «sesgo
de confirmación» fue acuñado por el psicólogo inglés Peter Cathcart Wason. En un experimento
publicado en 1960, desafió a los sujetos a que identificaran una regla que se aplicaba en tres números. El objetivo del estudio de Wason fue demostrar que la
mayoría de las personas no procede de manera óptima cuando se trata de poner a prueba hipótesis.
En lugar de tratar de demostrar que una hipótesis es falsa,
la gente tiende a buscar la confirmación de la hipótesis.
Se les
pidió a los sujetos que identificaran una regla que se aplicaba a una serie de
tres números.
Por ejemplo, los tres números "2-4-6" cumplen esta regla. Para
averiguar cuál era la regla, Wason les dijo a los sujetos que podían construir otros
conjuntos de tres números para poner a prueba sus suposiciones acerca de la
regla que el experimentador tenía en mente.
Los sujetos iban presentando esos otros conjuntos de tres números y el experimentador les decía si cumplían o no la norma. Así, hasta que los
sujetos estuvieran seguros de haber encontrado la regla correcta.
La
mayoría de los participantes en el experimento de Wason procedió típicamente de
la siguiente manera:
Dada la
secuencia de "2-4-6", formaron primero una hipótesis acerca de la
regla: una secuencia de números pares.
Luego,
intentaron poner a prueba esta regla proponiendo más secuencias de números que
siguieran esta regla. Intentaron con "4-8-10", "6-8-12",
"20-22-24". Las evaluaciones de todas estas secuencias fueron
positivas. Los sujetos hicieron unos pocos intentos más hasta que se sintieron
seguros de su hipótesis y se detuvieron, ya que pensaron que habían descubierto
la regla. El tema es que ésta no era la regla. La regla era simplemente
secuencias crecientes.
Casi
todos los sujetos formaron esta hipótesis y presentaron secuencias de
números que sólo confirmaron sus hipótesis y muy pocos realmente trataron de hacer
una secuencia de números que pudiera refutar sus hipótesis. Los sujetos no
hicieron preguntas para rechazar su hipótesis, ya que , en la medida de lo posible, no quisieron romper sus
propias reglas.
En
general, a los seres humanos esto nos resulta difícil, ya que no queremos enfrentarnos a la posibilidad de que nuestras creencias estén equivocadas.
Desde que nacemos estamos condicionados por infinidad de
factores, y estos factores influyen mucho en la forma en la que vemos y nos
enfrentamos a la vida. Si se nos ha dicho que cierta actitud está bien o mal,
tenderemos a repetirla o evitarla. Pero también, tendremos
una tendencia a buscar opiniones, y datos que nos reafirmen en nuestras
creencias.
Francis Bacon (filósofo y
político inglés) decía que nos encantan las respuestas positivas.
No nos gusta pensar en negativo. Es contrario a la intuición.
No nos gusta pensar en negativo. Es contrario a la intuición.
“Es un error peculiar y perpetuo en el entendimiento humano estar más
inclinado y excitado por las afirmaciones que por las negaciones” Francis Bacon.
El sesgo de confirmación y nuestro apego a los elementos positivos nos puede llevar a cometer algunas equivocaciones. La gente busca información que confirma su visión del mundo e
ignora la que no encaja.
- Un
fanático de los deportes que cree que su equipo es el mejor parece recordar
solamente los partidos en los que ganaron y ninguna de las vergonzosas derrotas
contra rivales inferiores.
- Una
mujer contrata a un trabajador que resulta ser incompetente. Ella no se da
cuenta de que todo el mundo está haciendo su trabajo por él, porque ella está impresionada con la puntualidad
con la que llega el trabajador todos los
días.
- Un hombre
que vive en el campo, y al que le encanta vivir en medio de la naturaleza. Le surge un nuevo e interesante trabajo en la ciudad y se muda allí. Ignora los molestos aviones que pasan por encima de su nueva
vivienda, se olvida de sus ruidosos nuevos vecinos y te dice lo mucho que disfruta
del mercado que ponen los Domingos y de cuidar sus macetas en las ventanas.
- Una mujer embarazada o un hombre que va a ser padre en
breve, es muy probable que detecte más embarazadas de lo habitual. De repente parece que hay embarazas por todos lados. En realidad, esto no es así, pero las
personas detectan como extraordinario aquello que entra dentro de lo normal.
- Un ejemplo de sesgo
de confirmación en el que pueden caer los inversores, es buscar
opiniones en prensa, blogs y foros que confirmen sus ideas de inversión,
ignorando los comentarios que opinan de forma diferente.
- Otro ejemplo puede
ser el de analizar
los resultados de la empresa de forma especialmente optimista. Por ejemplo,
pensar que la empresa evoluciona bien sólo por aumentar sus ventas, a pesar
del aumento de su endeudamiento y la caída de sus beneficios y sus flujos de
caja.
- Un estudio realizado entre la Asociación Leonesa de Astronomía y el Hospital de León confirmó los
datos de cientos de investigaciones anteriores en todo el mundo que demuestran
que, en contra de la
creencia popular, no se produce un mayor número de nacimientos de bebés durante
los días de luna llena. Parece ser que los médicos y
enfermeras de los hospitales se fijan más en los partos en esa fase lunar por
estar más pendientes, pero sin compararlos con el resto de días, ampliando el
mito y ayudando a hacer perdurar la leyenda, como tantas otras que hay sobre la luna llena que no son ciertas.
- “Siempre
que lavo el coche, llueve”, "Siempre que limpio las ventanas de casa llueve". Después
de lavar el coche empieza a llover, y recuerdo que varias veces lo he lavado y también ha llovido. Pero no recuerdo las veces que lo he lavado y no ha llovido. Y si alguna vez lo lavo y no llueve, mi cerebro no va a registrar el hecho “hoy he lavado el
coche y no ha llovido”. Lo mismo sucedería cuando limpio las ventanas de casa.
Solo registramos o recordamos los hechos positivos confirmatorios e ignoramos los negativos (recordamos cuando los hechos coinciden en el tiempo, pero no cuando no lo hacen).
Solo registramos o recordamos los hechos positivos confirmatorios e ignoramos los negativos (recordamos cuando los hechos coinciden en el tiempo, pero no cuando no lo hacen).
- “Tuve un sueño premonitorio, la muerte de mi primo”. Alguien
tiene un sueño, en este sueño un primo fallece, o sueña con un
funeral y poco después el primo fallece. Entonces se establece una supuesta relación entre ambos sucesos y se llega a la conclusión de que esta persona tuvo un sueño premonitorio.
Pero, ¿no será pura casualidad fruto del azar? Esa persona habrá tenido cientos de sueños en su vida, probablemente alguno de esos sueños coincidiera con un hecho real, como la muerte de un familiar.
De nuevo, el error es que se selecciona un hecho positivo confirmatorio que lleva a conclusiones equivocadas:
Pero, ¿no será pura casualidad fruto del azar? Esa persona habrá tenido cientos de sueños en su vida, probablemente alguno de esos sueños coincidiera con un hecho real, como la muerte de un familiar.
De nuevo, el error es que se selecciona un hecho positivo confirmatorio que lleva a conclusiones equivocadas:
Tuve
un sueño, el sueño se cumplió, fue un sueño premonitorio
Si
tengo 30 años posiblemente he tenido 30.000 sueños que podría recordar, si uno
de ellos coincide con un hecho real, es mucho más probable que haya sido producto
del azar, por el contrario, si sueño con la muerte de un primo, y no pasa nada,
probablemente terminare olvidando el sueño como uno de tantos.
- “Otra vez se cumple la ley de Murphy". La Ley de
Murphy es otro
ejemplo popular, mucha gente piensa que esta ley es cierta. Las gente selecciona únicamente los hechos positivos confirmatorios, casi nadie dice “esta vez la ley de Murphy falló". La paradoja está en que la persona que pronunciara esa frase estaría confirmándola, ya que la ley implica que las cosas siempre fallan, en este caso
incluiría el fallo de la misma ley.
El mecanismo es fácil: cuando prejuzgamos y relacionamos dos hechos que suceden en el espacio y en el tiempo, nuestros cerebros inconscientemente solo registran o recuerdan los componentes positivos ignorando los negativos.
Cuando dos hechos coinciden en el tiempo, pueden o no estar relacionados. Pueden estar relacionados por simple azar, o bien por causa / efecto. El pensamiento crítico es la mejor forma de conocer la existencia de algún tipo de relación diferente del azar. Para saber si esto es así, tenemos que tomar un número significativo de hechos, y determinar de manera estadística
si su grado de coincidencia es más frecuente de lo esperado.
Nuestro cerebro intenta hacer este análisis, pero falla a la hora de seleccionar los hechos que supuestamente constituyen “un número significativo”.
El error de la selección de hechos, no
implica que la relación no exista, implica que en realidad no sabemos si existe, y llegamos a una conclusión sesgada y por tanto equivocada a partir de hechos
particulares.
QUE CREAMOS QUE ALGO ES CIERTO NO SIGNIFICA QUE LO SEA
La imagen de nosotros
mismos.
Parece que la lógica nos dice que a todo el mundo
le gustan los piropos y cumplidos, y que, en principio, a nadie le gustan los insultos ni las apreciaciones negativas. En
general, los insultos no nos agradan demasiado, pero aunque parezca imposible,
a veces los buscamos. Esto sucede cuando esas apreciaciones negativas confirman nuestra propia
visión de nosotros mismos (las denominadas expectativas autocumplidas) . En un estudio que examinó esto, la gente
realmente buscaba información que confirmara su opinión de que eran perezosos o
torpes o no muy atléticos (Swann et al, 1989.). No es cuestión de odiarse a sí mismo,
en este estudio, incluso las personas con elevada autoestima buscaron información
que confirmara su propia visión negativa de sí mismos.
Parece que nos gusta tener la razón, incluso a
costa de nuestra propia autoimagen.
Algunas ideas para intentar evitar caer en el sesgo de confirmación:
Buscar opiniones totalmente opuestas.
Creyendo que estas en posesión de la verdad probablemente
te resulte extraño que haya personas que tienen una visión completamente
diferente de la misma cuestión, pero esas personas también creen estar en
posesión de la verdad. Hay que intentar observar sus puntos de vista y tratar de analizar lo
que otros opinan sin caer en el error de pensar que no saben lo que dicen, o
que buscan algo oculto, aún cuando te resulte muy muy difícil de hacer.
Tratar de refutar las hipótesis.
Tratar de probar que lo que crees es falso. Buscando ejemplos en los que lo que crees cierto no ha funcionado y tratando
de encontrar las razones de por qué no lo ha hecho. Existe el pensamiento de
que tener ideas fijas es un valor. Que es una demostración de seguridad. Pero
en realidad, es una falsa seguridad. Se
dispone de más recursos, cuando se es capaz de dudar y de probar una y otra vez
aquello que pensamos que es verdadero. El
miedo a reconocer que te equivocas y que
los demás se den cuenta de tu error, puede que sea la razón
principal por la que muchas personas ni siquiera se paran a escuchar opiniones
o ideas contrarias.
Buscar
y probar hipótesis alternativas.
Hay que tratar de buscar y probar hipótesis alternativas. Parece fácil,
pero no lo es. No es fácil, ni
agradable pensar que podríamos estar equivocados o que estamos mal informados.
Se necesita esfuerzo. Nos resulta desagradable escuchar o leer algo que desafía
nuestras creencias, o nuestra ideología, nos resulta complicado tener
en cuenta las críticas negativas de nuestra película, libro o serie de televisión favorita, etc.
Ser conscientes de nuestros prejuicios.
Todos tenemos prejuicios. No podemos ser totalmente neutrales. Nuestras creencias y valores nos resultan útiles, pero tenemos que ser conscientes de su existencia.
Contar nuestras creencias a los demás.
Mostrar aquello que consideras cierto y los hechos que crees tener para demostrarlo, a tus familiares, amig@s, vecin@s, compañer@s, conocid@s, etc… A pesar de lo difícil que nos resulta reconocer nuestros
errores, es positivo y saludable someter nuestras creencias e ideas a la crítica de los demás.
El sesgo de confirmación nos presenta el reto de intentar ser un poco más abiertos.



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